Este fin de semana decidimos ir de excursión a la base de la Cascada de Nidek, un lugar natural a poco más de 40 minutos de Estrasburgo.
Para llegar allí tenéis que coger dirección Molsheim:
En teoría es una marcha sencilla para hacer con niños pequeños por un paraje magnífico de bosques.
Como salimos tarde de Estrasburgo, decidimos ir a comer antes de visitar la cascada. Encontramos el restaurante Du Ruines de Nidek , pero estaba completo así que nos recomendaron el restaurante Hohenstein y allí comimos a las 13:30 (un poco tarde para esta región). El restaurante estaba bien, tenían un menú de niños por 7 euros con filete (si a vuestros hijos no les gusta la salsa pedid el filete sin salsa) con patatas fritas, bebida y helado. Yo tomé un cordon bleu al queso muster con patatas fritas y mi esposo unos riñones de ternera en salsa. Los platos muy bien presentados y bastante buenos. La cuenta final de los 5 fue de €70.
Nos cayó fenomenal la dueña del restaurante, muy cariñosa con los niños, les dejó juguetes para que jugaran mientras se preparaba la comida y estuvo mucho tiempo hablando con nosotros, nos comentó varias excursiones que podemos hacer por la zona y nos dijo que por las tardes ofrecían un menú tarte flambeé por €12 en el que se puede comer todas las tartes flambées que uno quiera.
Cuando ya nos íbamos vimos una exposición de cosas de Navidad y compramos varias figuras y una vela (os muestro las fotos).La dueña de restaurante nos explicó que son unas abuelas de 85 años las que fabricaban las figuritas / velas y las vendían.
- vela
- muñeco de nieve
Después fuimos a la cascada. Pasaréis delante de una zona de juegos al aire libre (tirolina, etc..) que dejaréis a la derecha y continuando todo recto veréis un bar y una señal de parking (dónde tenéis que aparcar).
Muy emocionados llegamos al parking dispuestos a caminar hasta la base de la cascada cuando nos llevamos una muy triste sorpresa: el camino está cortado, no se puede acceder… Como ya estábamos ahí cogimos otro camino hasta las ruinas del castillo pero el problema es que el camino que va a las ruinas es muy empinado y los niños empezaron a cansarse rápidamente. Hicimos unos 25 minutos de subida pero no llegamos a ningún sitio aunque el paseo fue muy agradable: naturaleza y más naturaleza.
A la vuelta tomamos el café en el bar que está al lado de parking, pensábamos encontrar una variedad de tartas pero no encontramos muchas cosas, apenas había gente y la que había era un poco rara… aunque tenía una chimenea super chula.
Cuando salimos del bar ya era de noche una noche cerrada en la que no se ve nada de nada.
Camino de la cascada pasamos por dos pueblos: Oberhaslach y Niederhaslach que nos encantaron. Esta vez nos paramos pero, como volveremos a conocer la cascada, pronto volveremos a visitarlos.