El tercer día volvía tocar a casa. El tiempo no nos acompañaba mucho pero queríamos aprovechar algo más nuestro viaje.

Antes de irnos, pasamos por un hotel que estaba al lado del nuestro pero que ponía “Kinder hotel”, estaba cerrado pero apunté el nombre: http://www.laerchenwald.com/ porque mis hijos se volvieron locos cuando lo vieron. Aunque estaba cerrado se podía entrar a las zonas comunes, el paraíso de los niños: juguetes, coches, barco enorme de madera, animales, etc….

Desde el hotel, y ya de camino a Estrasburgo, nos dirigimos a la famosa estación de ski St-Anton am Arlberg y Lech.

Saliendo de la autopista nos paró la policía austriaca porque para circular por las autopistas austriacas hay que comprar una ¡viñeta! sí, sí igual que en Suiza aunque al menos aquí te dan la opción de comprar viñeta para tres días. Las viñetas se venden en las gasolineras y os aconsejo la compréis si no queréis tener una mala experiencia y una multa.

Las estaciones de ski estaban todavía abiertas pero la verdad es que en la temporada de invierno o la de verano, toda la zona debe estar supera animada pero en mayo estaba todo cerrado. Apenas encontramos una pastelería para comer, todos los hoteles y restaurantes estaban cerrados.

Para volver a Estrasburgo, hay varias opciones.

Nosotros cogimos la carretera que bordea el Lago Constanza, muy bonita pero con muchos coches. Luego podéis ir por Friburgo (aunque creo que hay más kilómetros) o por una carretera interior que os lleva hasta Offenburg. Nosotros fuimos por esta última, la verdad es que pasamos por pueblecitos muy bonitos, lástima que era de noche y llovía a cántaros pero dijimos que teníamos que volver.